domingo, 12 de octubre de 2014

Harvey Glatman, el fotógrafo asesino

Harvey Murray Glatman fue un psicópata estadounidense en la década del 1950, es decir, hace 64 años exactamente. Nació el 10 de octubre de 1927 en Denver, Colorado (Estados Unidos). Era un niño consentido despreciado enormemente por sus compañeros por su fealdad. Desde pequeño tubo que soportar apodos cómo "el gorilita", "el monito" o "el feo", a causa de eso, empezó a volverse más introvertido y a aislarse de sus compañeros de clase.


Le criticaban sobretodo por sus grandes orejas y su "cara de conejo". Esto le provocó un complejo increíble de inferioridad y que desarrollara cierto gusto por lo que vendría a ser el sadomasoquismo.

Él sobresalía como estudiante, en otras palabras, él era un muchacho inteligente. Su coeficiente intelectual era de 130.

A los 12 años, sus padres observaron unas extrañas marcas rojas en el cuello del niño. Cuándo le preguntaron sobre estas, el declaró que se había atado una cuerda alrededor del cuello y que la había tensado hasta el punto de experimentar "fuertes sensaciones".  Eso lleva a pensar que, además de sentirse extremadamente inferior, él no acababa de sentir ni odio, ni tristeza, ni nada, cómo si lo que intentara fuera sentirse más vivo, a parte de buscar llamar la atención. Esa es mi opinión. Sus padres, preocupados por lo que había hecho su hijo, consultaron a su médico de cabecera, el cual les dijo que no se preocuparan, que cuando su hijo superara la pubertad, todo eso quedaría atrás. En vez de mandar al chiquillo al psicólogo le recomendó hacer más deporte. Claramente cometió un error.

Cómo es de suponer, a las chicas de la escuela no les agradaba aquel chico delgaducho de grandes orejas, así que, para acercarse a ellas, él tenía dos tácticas:

1. Les robaba sus monederos, bolsos, entre otros objetos, salía corriendo y, ya a una cierta distancia, se los lanzaba de vuelta. La madre de Glatman describía ese comportamiento cómo "su forma de hacer amigas".



2. Hurtaba diferentes pertenencias de sus compañeras y practicaba el onanismo (masturbación) con los objetos robados. Leía sus agendas y creaba fantasías que claramente jamás se harían realidad.


A sus 17 años, Harvey ya estaba harto de su mundo de frustación y sueños inalcanzables, así que una noche, en Boulder (Colorado), apuntó con una pistola falsa a una adolescente y le ordenó que se desvistiera. La chica, asustada, empezó a gritar, él se puso nervioso y huyó del lugar, aunque no le sirvió demasiado, ya que la policía lo capturó de todas formas. Lo dejaron en libertad bajo fianza y él se mudó a Nueva York, donde en vez de empezar una nueva vida, acabó por aficionarse del todo a atracar a punta de pistola a mujeres que encontraba solas en la calle. Gracias a eso la prensa le conoció cómo "El Bandido Fantasma". A parte de eso, también se piensa que obligaba a las mujeres a desnudarse para él, también con ayuda de la pistola.



Un tiempo después, empezó a pensar que eso solo le aportaba unos momentos de goce, así que acabó aficionándose a la fotografía. A partir de ese momento se dedicó a retratar a mujeres que veía en la calle a escondidas e iba pegando esas fotografías por toda su habitación. De esta forma, se obsesionó con la fotografía.

De todas maneras, la policía lo capturó rápidamente y lo encarcelaron durante 5 años en la prisión de Sing Sing. Allí fue un prisionero de buen comportamiento, que respondía positivamente al tratamiento psicológico. 


En 1951 volvieron a dejarlo libre. Lleno de odio, se trasladó a los Ángeles dónde montó un taller de reparación de televisiones. Pero el siguió acumulando y coleccionando fotografías. De hecho, durante su estancia en prisión, había descubierto las revistas pornográficas, provocando que su nuevo sueño fuera fotografiar a esas hermosas modelos que siempre le sonreirían, a pesar de su fealdad. 

El 29 de julio de de 1957, un hombre delgaducho, bajo, de orejas enormes y cara de conejo, llamó al timbre de uno de los departamentos de Sweetzer Avenue, dónde vivía Judy Dull, una modelo de alza con el sueño de ser, algún día, una modelo importante. Para eso, ella sabía que, de tanto en tanto, tendría que... ceder, para llamarlo de algún modo. Ella vivía con una amiga también modelo llamada Lynn Likes. Cuándo llamó al timbre, contestó una chica que también practicaba el oficio llamada Betty, ya que ni Lynn ni Judy estaban en casa en ese momento. 

Así que, cómo Betty estaba acompañada de un amigo, le dejó subir al piso. Él se hizo pasar por un importante fotógrafo que había visto algunas fotografías de Lynn y quería que ella posara para él. También pidió ver su álbum profesional, así que Betty fue a buscarlo. En cuanto volvió, observó que Harvey miraba con atención una fotografía de Judy que estaba colgada en la pared, y él le dijo: "Vaya, en realidad ése es exactamente el tipo de mujer que ando buscando. ¿Podría ver también su álbum?". Una vez lo tubo en sus manos y hojeó las páginas, su entusiasmo creció más y más. Así que le pidió el número de teléfono de la que llamó su "modelo favorita". Betty, deseosa de complacer a su amiga, se lo dio.  

Harvey le llamó más tarde a Judith y le comunicó que por diferentes motivos, el estudio de fotografía no estaba disponible, así que le preguntó si le importaba que posara para él en un pequeño estudio de fotografía que tenía montado en su casa. Ella estuvo de acuerdo. El peor error que la hermosa Judith pudo haber cometido. 

Judy Ann Dull antes de ser asesinada



Y aquí lo dejo en la parte más interesante hasta la segunda parte.  Hasta pronto. No olvides suscribirte ;)

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